El horizonte de Calgary va a sufrir una importante transformación con la demolición del Saddledome prevista para 2027, lo que suscitará debates sobre el patrimonio olímpico de la ciudad. La demolición de las pistas de esquí del Canada Olympic Park en 2018 y los inminentes cambios en la Olympic Plaza hacen temer que el legado olímpico de Calgary se esté desvaneciendo.

El Saddledome, un lugar emblemático desde 1983, ha acogido numerosos acontecimientos, como los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 y la victoria de los Calgary Flames en la Copa Stanley de 1989. A pesar de su importancia histórica, está previsto que lo sustituya un nuevo centro de eventos que costará 1,220 millones de dólares. La ciudad aportará 537.3 millones, la provincia 330 millones y la Calgary Sports and Entertainment Corporation (CSEC) 356 millones.

Cory Lanterman, fundador y director de Save Our Saddledome (Salvemos nuestro Saddledome), encabeza los esfuerzos para conservar el edificio, que califica de símbolo del patrimonio y el espíritu occidental de Calgary. “Ese edificio es conocido en todo el mundo por Calgary”, declaró, subrayando su importancia cultural.

Muchos residentes comparten el sentimiento de Lanterman. Kathy Hayashi se mostró sorprendida por los planes de demolición, mientras que Garry Shapira instó a la ciudad a preservar sus monumentos históricos. David Vass, voluntario de Save Our Saddledome, espera que el nuevo estadio incorpore elementos del diseño del Saddledome original.

La Calgary Municipal Land Corporation ha puesto en marcha una encuesta en línea para recabar la opinión del público sobre el nuevo diseño de la Plaza Olímpica, lo que refleja el deseo de la comunidad de mantener una conexión con el pasado olímpico de la ciudad. Se espera que el nuevo centro de eventos esté terminado en 2027 y que la Plaza Olímpica renovada abra sus puertas en 2028.