En los jardines del emblemático Palacio Nacional de México, diecinueve felinos callejeros deambulan libremente, convirtiendo el recinto en su hogar. Desde acechar palomas hasta hacer cameos en las conferencias de prensa televisadas, estos gatos han dejado su huella en uno de los edificios más importantes del país.

Recientemente, el gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha emitido una declaración histórica: estos gatos serán reconocidos como “activos fijos vivos”. Esta designación, que generalmente se aplica a edificios y muebles, asegura que estos felinos reciban comida y cuidados de por vida, incluso después de que López Obrador deje el cargo en octubre.

Adriana Castillo Román, directora general del Palacio Nacional y Conservadora del Patrimonio Cultural, enfatizó la importancia de estos felinos, afirmando que son ahora un símbolo inseparable del Palacio Nacional.

El origen de estos gatos es un misterio. Aunque algunos empleados recuerdan su presencia desde hace más de 50 años, no está claro cómo ingresaron al edificio ni cuándo lo hicieron. Se cree que muchos más gatos vagan por los jardines, deslizándose bajo la puerta del palacio durante la noche.

Algunos de los felinos han ganado fama, como Zeus, un gato gris que una vez interrumpió una conferencia de prensa presidencial. Para evitar que estos felinos se conviertan en una molestia, el gobierno tuvo que pedir a los reporteros que dejaran de alimentar a Zeus, quien estaba “engordando demasiado” con las golosinas que recibía.

Desde la llegada de López Obrador al cargo en 2018, el cuidado de estos felinos ha sido una prioridad. Los empleados del palacio, en colaboración con veterinarios de la Universidad Nacional Autónoma de México, se han encargado de vacunar, esterilizar y proporcionarles refugio a estos gatos callejeros.